Como pasara con el tabaco, ahora nuevamente le toca el turno al alcohol, y más concretamente a la cerveza, ya que el Ministerio de Sanidad, con Leire Pajín a la cabeza (miedo me da), está trabajando con los cerveceros para que las etiquetas de botellines y latas sean más claras indicando que su consumo no es recomendado a menores de 18 años.
El objetivo del gobierno es sensibilizar a los fabricantes, comerciantes y a los menores en una campaña que arrancaría después del verano, ya que al parecer, y según las encuestas, la edad en que los jóvenes inician el consumo de alcohol ha vuelto a bajar.
Imagino que será algo positivo, aunque al mismo tiempo es otra rueda de financiación para proyectos que supuestamente reducirán el consumo de alcohol entre los menores. Esperemos que así sea, y no suponga otro despilfarro de dinero público y privado.