Por si no lo sabes, el Champagne sólo puede ser producido en la región francesa que lleva su nombre, pero la alegría fruto de la sensación de oir un estallido de corcho puede venir de cualquier otra elección de vinos espumosos, y que muy probablemente serán más baratos.
El problema con el Champagne por un lado es que su precio es casi completamente arbitrario, a veces se paga más por la marca que por la sensaciones que obtenemos, muchos inútilmente falsean sus opiniones con tal de justificar el precio que pagaron por la botella, y esto en más de una ocasión se ha demostrado en las catas a ciegas.
Dom Perignon produce Moët & Chandon y vende más de 60 millones de botellas de champán a precio exclusivo para muchos, y sin embargo si hicieramos probar a ciegas más de uno un buen cava no notarían tantas diferencias, y de hecho posiblemente apreciaran más este último, que para colmo es mucho más barato.