Creo que este es uno de esos cocteles que ha estado siempre presente en mis peores borracheras, alejate de él si quieres no perder las riendas, ahora bien, si lo que buscas es fiesta y descontrol el Boilermaker es infalible.
Se trata de un coctel con cerveza bien fácil de preparar, sin cocteleras ni otras historias, simplemente pides una pinta de cerveza y un chupito de whiskey, vodka o tequila. Esta última es mi opción favorita, aunque por lo general el Boilermaker se sirve con whiskey.
Ahora tienes dos opciones: te tomas el chupito y luego la cerveza, o bien dale un toque de diversión y deja caer el chupito dentro de la pinta de cerveza tras haber dado ya algunos tragos, cosa de evitar que desborde, es lo que popularmente se conoce como “el submarino”.
Si eres aficionado a la cerveza negra te cuento que existe otro coctel de cerveza llamado Car Bomb o Coche bomba… el nombre ya lo dice todo, es un peligro, pero esá buenísimo 🙂