Si vives en Europa y te gusta la cerveza está claro que no podrás quejarte por la falta de festivales, desde los más grandes como el Oktoberfest, a los más pequeños como la Fiesta de la Cerveza de Fuengirola, hasta los más interesantes como el Fin de Semana de la Cerveza en Bruselas.
Y es que en estos últimos años no para de crecer el número de pequeños productores, que ante la pobre oferta imperante en la mayoría de los mercados, deciden fabricar su propia cerveza para compartirla o comercializarla entre amigos y conocidos.
En este sentido, Bélgica es una de las mecas de las microcervecerías, pequeñas producciones capaces de elaborar cervezas muy interesantes, cervezas especiales que huyen de los estándares que se imponen en los mercados, y que buscan más sorprender y deleitar a los verdaderos amantes de la cerveza.
En ocasiones hablamos de cervezas con un contenido alcohólico y unos sabores equiparables a los de cualquier vino, por tanto no son cervezas para beber en cinco minutos, sino para degustar y deleitar a nuestro paladar.